CAMINANDO PASO A PASO

sábado, 16 de abril de 2011

Circular por la Sierra de los Vientos y del Pumar

Es la primera ruta que realizamos después de nuestra aventura en el Camino Portugués. Y aunque se presenta dura, con una subida contínua hasta alcanzar los 735 m. de altitud, no nos asusta, porque suponemos que sin el peso de la mochila cargada para el Camino....volaremos!!!! Ramón no nos puede acompañar porque sigue pachucho y vamos con el madrugador de Carlos que propone iniciar la caminata al amanecer. Está un tiempo muy bueno, aunque desde primera hora de la mañana el viento es bastante fuerte. Partimos de San Martín de Luiña, desde el aparcamiento de su Iglesia. Tomamos la AS-222 y al poco la de Brañaseca y Busfrío, una carretera que nos lleva hasta los generadores eólicos situados en la Sierra de los Vientos. A tan tempranas horas, rodeados de naturaleza dormida, hacemos la subida a buen ritmo para ir entrando en calor. No encontramos tráfico, por lo que la ascensión, aunque larga, se nos hace llevadera. Paramos a la altura de Brañaseca a recuperar fuerzas y comer algo. El sol nos acompaña toda la mañana, aunque el fuerte viento no le deja cobrar el protagonismo que nos gustaría y en contadas ocasiones nos podemos quedar en camiseta. En nuestra ascensión contemplamos tramos de costa difuminados por la bruma, que nos hace ir apreciando la altura que vamos conquistando.

Cuando alcanzamos la cima estamos rodeados por los generadores eólícos que, a modo de "Gigantes para el Quijote", nos envuelven y aturden con su continuo rumor al girar y girar....




Estamos atravesando la Sierra de los Vientos, desde donde se divisan muchas cimas importantes de la Cordillera Cantábrica, lástima que la bruma nos impida reconocer la mayoria. El Aguión con su radar meteorológico es casi el único, además del Llan de Cubel, que podemos distinguir.







Continuamos la travesia, ahora por la collada, para pasar a la Sierra de Pumar y pronto comenzar el descenso por pistas con pinos a ambos lados que le proporciona una frescura especial.






Son tramos muy pendientes, de piedra suelta en su mayoría, a prueba de resbalones, lo que nos hace ir con un cuidado extremo para evitar lesiones. Casi sin darnos cuenta llegamos al pueblo de nuevo. Divisamos la Iglesia que alcanzaremos subiendo una cuesta llevadera, y nos conduce a los 100 mts. de altitud desde los que partimos en San Martín de Luiña.

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